Añorar
(cat. Enyorar: no saber donde está alguno, no tener noticias de un ausente) ‘recordar con pena la ausencia de una persona o cosa’
Hoy estoy pensativa, dentro de mí. Cuando acaba un ciclo maravilloso, siempre me viene un sentimiento profundo de añoranza, de nostalgia.
Es un lapso de tiempo que constituye en sí mismo un ciclo completo, dentro de otros más grandes, pero es un ciclo importante. Son las vacaciones de verano. Cuando son creativas, con relaciones, con charlas, con intercambios, con bellas experiencias, con el cultivo de una misma…has completado un proceso de descanso y de creatividad.
Las vacaciones provienen del vocablo vacatio, vacationis, (dispensa de un trabajo o una obligación) y es el nombre de acción del verbo vacare (estar vacío, estar desocupado).
Es pues el tiempo en que no tenemos obligaciones y estamos “vacíos”.
Una tiene la oportunidad de parar, de estar consigo misma, de observarse con otros ojos, fuera de nuestro rol habitual del trabajo, de la obligación, de los roles de la vida laboral y familiar.
En esas vacaciones, una puede emprender el camino de continuar con el cultivo de su vocación, que puede ser otra de su obligación, de sus obligaciones: laborales, familiares, cuales quiera que sean.