La Puerta del Miedo

O la invitación a un viaje hacia la confianza

Jesus Jordan Parra

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Photo by engin akyurt on Unsplash

Cuando una crisis de ansiedad fuerte te sobreviene de repente. Quedas paralizado, desarmado, no piensas más que en que pase el día. En que llegue la noche, y deseas no volver a despertar. Porque la ansiedad fuerte es producto entre otras cosas, de un desarraigo absoluto con tus circunstancias. Un no sentirte vinculado con la vida que te rodea. Un cúmulo de sucesos descorazonadores acumulados largo tiempo, que te explota de repente, y surge como un géiser en forma de crisis de ansiedad. Que no es más, básicamente, que depresión y tristeza. En lo profundo un estado de des-ubicación de lo que tu Ser desea y Es.

Esto es una oportunidad inestimable para atravesar la Puerta del Miedo, que yo llamo. Porque sientes terror ante estos síntomas, la ansiedad fuerte produce un malestar, que sólo lo conoce quien la padece. Te paraliza. Te quita el apetito. Te tiemblan las piernas al caminar.

Te sientas en un banco a ver a la gente feliz y no sientes nada. Sólo desolación de tu vida. Quisieras irte. Pero sabes que eso no es una opción. Al menos hay que intentar luchar y seguir aquí, que por algún motivo Dios nos ha enviado. Para los religiosos, y para los que no lo son, con mayor motivo. Pues creen que sólo existe una vida. Y una vida acabada por lo no natural nunca puede ser nada bueno.

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